lunes, 31 de mayo de 2010

Mi "tema" con el desayuno


No se por culpa de quien, por malos hábitos, algo que tenga que ver con mi metabolismo, o alguna razón extraña, pero nunca, nunca, me da hambre antes de las 11 de la mañana.

Mucha gente me ha comentado que es muy negativo el no desayunar absolutamente nada, pero cómo explicarles que no logro tener un ápice de apetito antes de esa hora. A veces veo a esas personas que desayunan tipo almuerzo, y mi estómago rechaza automáticamente la escena.

Pero, por aquello de hacer caso y escuchar la voz de la experiencia, estoy intentando comer algo tempranero, algún cereal o algo ligero, pero no se imaginan lo difícil que se me hace, es como cuando Mafalda intenta comer algo de sopa y la aversión es más fuerte que ella.

De igual manera trataré por todos los medios de cumplir mi promesa, aprenderé a desayunar como la mayoría de las personas, y espero, en corto plazo poder disfrutar de los beneficios que esto produce.

Pero aquello de desayunar como rey, almorzar como príncipe y cenar como plebeyo creo que no aplica conmigo.

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