sábado, 9 de octubre de 2010

La historia y sus verdugos



Cuando hablamos de verdugos, pensamos en esas personas que en un momento determinado, tuvieron el poder emocional, físico, mental o circunstancial como para ser aparentemente superiores a otro ser, al punto de poder quitarle la vida en segundos.

La historia está llena de verdugos, esos culpables de ponerle fin a la vida de otras personas, algunos verdugos anónimos por ser sus víctimas "anónimas" para las masas y otros, y si cabe el término, "famosos" o no tan anónimos por ser los victimarios de verdaderas figuras e íconos a seguir por la humanidad.

Hoy uno de esos íconos que perdió la vida a manos de quien debía ser su verdugo, si es que buscamos explicación en el destino, cumpliría 70 años de "vida" física, y hago esta salvedad, porque John Lennon desapareció físicamente de entre nosotros, pero sigue y seguirá viviendo en esencia y en el corazón y la mente de toda la humanidad, para siempre.


Cada una de estos íconos de la música, religión, cine, política, etc, que fueron asesinados, dejaron indudablemente un legado y hoy por hoy forman parte de la inmortalidad sin lugar a duda. Pero irónicamente tan famosos fueron y siguen siendo como quien les quitó la vida, en algunos casos con absoluta cordura y tranquilidad, y en otros llevados por una obvia y clara locura o demencia.

La vida pareciera ser tan injusta, que esa inmortalidad ganada por "las víctimas",  por su aportes, su legado, y la luz que los acompañó a lo largo de su vida física y terrenal, también ha sido ganada por quienes la apagaron, negándole al mundo entero la posibilidad de tenerlos acá abajo, para poder seguir disfrutando de todo lo que aún tenían para dar.

"Yo sólo quería encontrar un modo de ser alguien que no soy. De ser amado". Así justificaba Mark David Chapman, el verdugo de John Lennon, uno de los asesinatos más llorados de la historia de la cultura popular reciente.


Para los que tienen una posición un tanto más religiosa, otros un poco karmática o para aquellos que creen fervientemente en el destino, estos verdugos a veces son catalogados como la herramienta escogida por Dios o por la vida, para terminar el viaje terrenal de estas personas, y así poder comenzar su viaje espiritual eterno.

Estén o no estén, cada uno de ellos se convirtieron en seres eternos y a pesar del pasar de los años, seguirán siendo admirados y extrañados por cada generación, que los recordará por siempre y para siempre.

"En honor a tantas víctimas anónimas con verdugos anónimos"





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