En estos días conversaba con la pelusa musical, en una de esas chácharas bien amenas sobre gustos musicales y otros recovecos, y tocábamos el tema de lo aburrido y old fashion que se ha convertido ese estilo "dañado" de algunas "estrellas" de la música o el cine.
Y aunque mostrar día a día el escándalo y la vida conflictiva tiene su público ese que llaman "gossip eater" o "gossip fan", eso que mi compañero de tertulia llama "hotmess" cada día pierde más seguidores, gracias a dios.
Digo gracias a Dios, porque desde mi punto de vista nada más agradable y positivo que admirar y seguir un artista por sus aportes musicales, personales y por el respeto a sus miles de seguidores. Lamentablemente muchos de estos cantantes o actores tienen un inmenso talento, Amy Winehouse para nombrar una, pero todo el excelente trabajo y todos esos dotes que los hacen únicos se pierden, entre notas en tabloides sobre sus borracheras, sobredosis y chismes escandalosos por doquier.
La fórmula de generar información basura que han utilizado Britney Spears, Lindsay Lohan, Paris Hilton, Rihanna, Amy Winehouse, Pete Doherty, Kate Moss entre muchos otros pareciera haber llegado a su fin, y aunque cuentan con un grupo fiel a sus desgracias, pareciera que la mayoría está exigiendo calidad y buenos ejemplos a seguir.
Siempre preferiré seguir y ser testigo del crecimiento y florecimiento de una carrera que de la desgracias y la muerte artística de algunos.
Así que por eso, disfruto, siento y sigo ciegamente a algunas cantantes y cantautoras (Ingrid Michaelson, Lenka, Adele, Regina Spektor, Lisa Loeb, Colbie Caillat o hasta Florence) que para mi proyectan, al menos en sus letras, canciones e imagen cosas positivas, salud, buena vibra y sentimientos positivos no decadencia y un viaje directo a un hoyo negro en algunos casos sin salida.
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