miércoles, 19 de enero de 2011

Con las manos en la masa...


Frase famosísima que no se refiere a otra cosa que pillar en el acto o "casi" a las personas mitómanas, falsas y mentirosas.

No en vano y acertadamente escuché una vez que no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista y yo le agregaría que tampoco hay mentira que aguante tanto, porque hasta para mentir se necesitan cuatro dedos de frente y un mínimo de inteligencia, y este definitivamente no es el caso.

A simple vista pareciera que las decepciones son verdades que te caen a cachetadas y que duelen, pero créanme que también hay decepciones definitivas y absolutas que se agradecen... y esta fue una de ellas, porque viene acompañada de mucho humor (aunque no lo crean) y de un sentimiento liberador que añoraba desde hace mucho tiempo.

El descubrir frente a frente a una persona que se ha dedicado toda su vida a mentir, engañar, manipular y utilizar a las personas, ver la típica reacción de histerismo, a la defensiva, en dónde como patadas de ahogado y una vez más solo le queda hacer pasar al otro por loco y hacerlo sentir culpable y psicópata "por pensar mal" es una sensación gratificante.

Digo gratificante porque en minutos termina de demostrarte lo terriblemente perdedor que esa esa persona, un ser incapaz de tener "las bolas" suficientes para pararse como un hombre y asumir y reconocer que no tiene en su ser buenos sentimientos.

Ver su sudor, sus gestos, su inconfundible sentimiento de "y ahora que hago" parece una tragicomedia digna de los seres más nefastos, mediocres y desleales que viven en una eterna mentira para con los demás y consigo mismo (que es lo más triste, creerse sus propias mentiras) al punto de vivir una vida falsa, que ya nadie les cree.

Da mucha lástima ver como hay personas que no tienen la capacidad de ser leales, a los sentimientos de los demás y mucho menos a los de ellos. Personas que pasan la vida entera haciendo dañó y repitiendo sus patrones destructivos y lo peor es que después tienen el cinismo de preguntarse ¿Por qué a mi?....

Los que hemos cometido errores y los reconocemos estamos conscientes que en algún momento la vida nos pasará la facturita, pero al menos ya estamos preparados. Triste por aquellos que se creen indestructibles, que piensan que el juego siempre estará a su favor y que juran que siempre correrán con la misma suerte y que su capacidad de engañar permanecerá intacta por los siglos de los siglos.

Hay que dejar que las personas en su locura se traten de convencer a si mismos que los demás son los que están mal. que den por sentado que nunca les tocará la hora de pagar y que nunca tendrán que rendirle cuentas a su consciencia.

Hoy más que nunca doy gracias a Dios, por hacer que las cosas ocurran cuando tienen que suceder... cuando te da ese pálpito de que es el día indicado.... y sobre todo liberarme y permitirme comenzar a divisar las cosas buenas, al fin; que están por venir....

Aceptar las culpas que toquen, pero por sobre todo estar tranquilo con la consciencia.... Ahora me pregunto.... podrán ellos estar tranquilo con la suya? ... cuánto tiempo se engañarán a ellos mismos?

Hay verdades que son tan feas y crudas que son prácticamente imposible de borrar.

El destino me libre de quedar con alguien con el que compartí tiempo y sentimientos, como una persona incapaz de controlar sus instintos, un ser animal, "genital" (forma decente de referirse a estas personas con cuatro grandes letras en su espalda y en su frente), sin un gramo de raciocinio y totalmente minusválido con respecto a afrontar la vida sin muletas humanas, buscando siempre a alguien para depositarle y endosarle sus culpas, traumas, frustraciones y fracasos como persona y como seres humanos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario