Entre brujas y princesas

Ayer domingo, decidí ir a la última función de la obra de teatro infantil "Anabel la Princesa Encantada" en el Celarg, aceptando así la invitación que muy cordialmente me hicieron sus productores. Me llevé una muy grata sorpresa, excelente puesta en escena, muy buenas actuaciones y una escenografía diferente e innovadora.

"Anabel la Princesa Encantada" es una adaptación de la película "Enchanted" (Encantada) producida por Walt Disney Pictures y protagonizada por Amy Adams y Patrick Dempsey. En sí, la historia no cambia mucho, tan solo algunos aditivos para hacerla un poco "más venezolana".

La bruja reina de Astrid Carolina Herrera es muy cómica y junto a ella Anthony Lorusso en el papel de Nicanor (su fiel sirviente) se roban el show en esta obra. Igualmente las actuaciones de Malena González como "Anabel" (y también productora general de la pieza) y de Agustín Segnini como "Alejandro" son muy buenas y forman la pareja principal y centro de la trama.

Hace mucho tiempo que no iba al teatro, más de lo que debería realmente, y menos a una obra dirigida a niños. Pero confieso que me la disfruté un mundo y me reí igual o hasta más que ellos.

La energía y la buena vibra que dan los niños definitivamente es una especie de luz blanca, a veces por amarguras o por mal humor, no disfrutamos de su risa o sus reacciones. Reconozco, que soy de los que muchas veces les huye, pero ayer la verdad disfruté muchísimo ser uno más de ellos.

Ver como algunos se creían la historia de la princesa y la bruja malvada y las miraban como embelesados... y las niñas adoraron al principe (quizás sea lo más parecido, a su versión del príncipe azul con el que todas sueñan); otros definitivamente parte de esa generación tecnológica y medio geek, estaban claros que todo era una historia ficticia y se lo intentaban demostrar a los más idealistas.

Los niños, cada quien en su estilo, toma la realidad de una manera inocente, y es la sinceridad de sus palabras lo que los hace seres libres de alma y pensamiento. A veces provoca ser niño de nuevo y poder revivir tantas cosas y aprender unas cuantas más.

Tarde dominguera compartiendo con niños, brujas, princesas, príncipes y manzanas envenenadas, y la verdad? la pasé muy bien.