domingo, 12 de junio de 2011

El loco de Macuto y su Musa..



Reverón de Diego Risquez es completa y absolutamente una de esas películas que quedan en nuestra memoria de manera contundente, es sencillamente una joya del cine venezolano, que sin lugar a dudas dará mucho de que hablar a lo largo de muchísimas generaciones.

Reverón nos ofrece una combinación perfecta de elementos (actuaciones, fotografía, puesta en escena, guión, música y banda sonora) que terminan convirtiéndose en una obra maestra del cine venezolano.

Escuchar canciones de Devendra Banhart en esta película fue una gratísima sorpresa.

A continuación la crítica y comentario que Aglaia Berlutti posteó en su blog sobre Reverón, y que cordialmente me permitió compartir con ustedes, gracias nuevamente Miss B.

"Debo confesar con cierta vergüenza que no soy una gran seguidora del cine venezolano. No solo me atrae muy poco su temática, sino que además, el planteamiento recurrente, rutinario y tedioso de una Venezuela marginal, destrozada por las crisis antiguas y venideras, siempre me ha parecido un lugar común muy poco elocuente de lo que podría ser una muestra cultural formal, fuerte y probablemente con un lenguaje propio. Y a pesar, que progresivamente el cine venezolano ha comenzado un nuevo ciclo - específicamente gracias a los aportes de la Villa del Cine y capital privado - la muestra cinematográfica de nuestro país continua transitando los mismos temas y tópicos, con mayor o menor acierto. Desde la conmovedora "Hermano" de Marcel Rasquin, hasta los endebles intentos de cine de humor como "Puras Joyitas" - opera prima de Henry Rivero y César Oropeza - indudablemente el producto filmico nacional comienza a diversificarse. No obstante, sigue sin lograr conseguir el camino hacia el verdadero cine, el que lleva un mensaje, el que crea mundos propios. Pero debo decir, que con "Reverón" de Diego Risquez, la idea de un cine patrio maduro y profundamente hermoso, comienza a parecerme más cercana y contundente que nunca.

Debo admitir, que el film me sorprendió: no solo por la alta calidad de su factura, sino por la belleza y delicadeza al momento de recrear una personalidad tan compleja y radiante como la del maestro Armando Reverón. También debo decir que me preocupó la manera como podría recrearse la idea de Reverón, no solo como hombre, sino también como símbolo en si mismo de las artes venezolanas. El pintor atormentado, el prolífico y apasionado artista, el hombre que fue el pionero para crear un lenguaje visual basado en percepciones y una profunda identidad elemental. El caso es que Risquez, con un pulso extraordinario, no solo captó su personalidad, sino que la plasmó en una historia de extraordinaria belleza, de una intimidad sobrecogedora y una ternura profundamente sentida. Una pieza cinematográfica de valor inestimable, no solo porque demuestra la evolución de nuestro cine, sino además la manera como el lenguaje visual de nuestro país comienza a tomar nuevas dimensiones. De manera que, podríamos decir que "Reverón" es una pieza singularmente valiosa en el cine nacional, y debido a cinco razones específicas:

1) Una historia sencilla, pero nunca simple: Los biopic cinematográficos suelen adolecer de cierta lógica. El guión intenta abarcar las circunstancias del retratado a través de escenas y probablemente, hechos lo suficientemente remarcables como para crear una atmósfera fiel a lo que fue la vida - o se intenta mostrar en la versión cinematografica - del protagonista. En "Reverón" el equipo de guionistas - conformado por el mismo director Diego Risquez y el actor encargado de encarnar a Reverón, Luigi Sciamanna - toma el riesgo de crear una linea temporal lineal, que en contra de lo que pudiera suponerse, beneficia a la acción al dotarla de una suavidad inusitada. El film transcurre desde la visión de un Reverón rebelde, que rechaza con ímpetu cualquier tipo de convención social y crea un nuevo tipo de forma de arte: pasional, orgánica, furiosamente real. Luces y sombras recreando un mundo privado, onírico, profundamente rico. Y ese ambiente bucólico, elemental, primitivo pero lleno de una vitalidad imposible, es recreado por Diego Risquez de una manera casi poética: largos atardeceres radiantes, enmarcados en destellos de luz delicados. O la furiosa poderosa y creadora de un Reverón en estado de gracia, con los dedos llenos de pintura, construyendo su propia visión del mundo, envuelto en leves tonalidades sepias y dorados, como un Macuto de ensueño, como una realidad etérea, suspendida entre las paredes frágiles del Castillete y el Mar extraordinario que se extiende más allá.

2) En la piel del personaje: Luigi Sciamanna - reconocido director, actor y director de teatro - no solo crea una visión de un Reverón creíble, sino además, profundamente conmovedora, sensible, seductora, real. Creo que lo que más me impresionó de su actuación fue justamente que construyera el personaje con una fuerza inusitada, pero aun así, nunca sobrepasara la linea de la pasión, del poder creativo de Reverón, sino que bordara con gran instinto su personalidad, a través de largos silencios, un lenguaje corporal espléndido, largas miradas tensas, poderosas, intensas. Luigi jamás caricaturiza la locura de Reverón, sino que antes bien, crea una formidable recreación de su belleza, de su ternura, de su ingenuidad. Los largos planos cerrados, donde la mirada de Luigi parece hablarnos del perturbado mundo interior del pintor, sostienen la película con una asombrosa facilidad. Y mientras el personaje se hunde poco a poco en los tremendales de su propio mundo, Luigi consigue dotarlo de una humanidad dura, maravillosa, que no solo me llevó a las lágrimas, sino que además logró expresar lo que precisamente hacia a Reverón una extraordinario artista: ese delicado equilibrio entre lo absurdo y la más pura belleza.


3) La identidad del Mito: La película transcurre en una quietud onírica. No obstante, el mundo exterior palpita con exuberante fuerza. Una radio de madera, único vestigio de civilización entre la furiosa belleza inhóspita del Castillete, nos cuenta a la Venezuela que parece flotar más allá del mar inmenso que rodea al Maestro Reverón. Y esa fuerza, esa capacidad para dotar a Venezuela - como país, como idea - de un lugar dentro de la trama fue lo que hizo que sintiera una emoción profunda ante esta pequeña joya fílmica. Escuchar nombres de nuestra historia como el magnifico Vicente Gerbasi y personajes de la historia reciente como Oscar Yanez ocupar un espacio dentro de la trama no solo crea una cohesión maravillosa, sino lúcida dentro de la narración. Incluso, pequeños guiños del mundo artistico actual, como incluir al gran fotógrafo Luis Brito encarnando al también fotógrafo Victoriano De Los Ríos, brindan al marco histórico una profundidad inesperada. Y mientras la trama avanza, con ese pulso sutil, exquisito y mágico del mundo de Reverón, la historia parece rodearlo sin tocarlo. Un indudable acierto del grupo de guionistas.

4) Cada cosa en su lugar: En "Reverón" nada falta ni sobra. Desde la preciosa puesta en escena, una fotografía limpia y exquisita, una recreación histórica eficaz, una reconstrucción estética cuidadosa, hasta la espléndida banda sonora capaz de llevar a las lágrimas, el film se recrea en si mismo para lograr un producto regio. Porque la película posee esa dulce profundidad de una historia intima, diminuta. El gran genio se nos presenta con todos sus tormentos y su profunda lucidez, en medio de la locura que se le atribuye. Y es quizá la frase de Oscar Yanez, la que mejor resume ese exquisito entramado de ideas que intentan recrear a un "Reverón" real: de pie, ante El Castillete, asombrado y abrumado con el encuentro con el Maestro, Yanez mira a Juana, toda amor e inocencia y pronuncia una frase para el recuerdo: "este país esta lleno de locos el único lúcido vive en esta casa"


5) Danza en las sombras: Otro elemento que dota de una inusitada vitalidad a "Reverón" en su música. Desde los magníficos acordes incidentales hasta la bellisima banda sonora, autoría de Luigi Sciamanna, crean un ambiente sentido, vital, lleno de una sensibilidad dulce y conmovedor. La música parece crear un ambiente propio, envuelta entre el sol quemante de un Macuto de ensueño y esa pasión contenida, dura y trágica de nuestro gran maestro.

En conclusión: "Reverón" es una pieza inolvidable dentro del cine Venezolano. Y tanto si eres admirador del trabajo de Risquez por sus anteriores trabajos o te mueve la curiosidad, te recomiendo disfrutes de una pieza cuidada, que no solo es un homenaje a uno de nuestros grandes personajes, sino además un firme recordartorio que este país posee el poder de creación suficiente para crear su propia historia.

Larga vida al Maestro de las Luces fugaces, Armando Reverón."

Por: Aglaia Berlutti

1 comentario:

  1. excelente critica y más aún excelente película!! tambien para mi fue muy grato escuchar a devendra en la pelicula.. podrias decirme el nombre de las canciones que salen en la pelicula?

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